¿Cuál es el enfoque de mi camino? ¿Tengo algún propósito o sólo estoy a la deriva siendo un simple testigo de mi propia vida? ¿Estoy enfocado y trabajando para lograr mis anhelos y metas más profundas?
Estoy convencido de que el enfoque es algo sumamente importante en mi vida, es algo que he estado refinando y aprendiendo últimamente, todavía con muchas cosas que mejorar y aprender, pero avanzando un paso a la vez. Siento que la capacidad creativa de un ser humano es inmensa y me apasiona sentir cuando esa creatividad está manifestándose a través de mi, ¡pero son tantas las cosas que me apasionan! Que a veces siento que quiero hacerlo todo, a veces no me organizo y al querer hacerlo todo termino muy cansado, desgastado y desenfocado.
Últimamente he estado observando con mayor profundidad las cosas a las que les pongo atención, aquello a lo que le dedico tiempo. He descubierto que el enfoque de mi camino es algo muy importante, algo que debo tener claro hasta cierto punto. Es decir, considero que es muy importante saber por lo menos qué es lo que quiero, independientemente de que eso pueda cambiar mañana, eso no es importante, pero lo que sí es importante es tener la claridad de lo que hoy siento, de lo que hoy quiero, porque en la medida en la que tengo esa claridad entonces puedo construir mis planes y dar los pasos necesarios para acercarme cada día más a aquello que quiero construir con mi vida. Simplemente el hecho de estar caminando hacia allá me da paz, ¡me llena naturalmente de una energía de alegría y de bienestar! Porque estoy caminando con enfoque, con claridad, conscientemente.
Es muy importante tomarme el tiempo necesario para hacer una pausa y observar si mis acciones están enfocadas o si estoy permitiendo que mi vida se construya sin un rumbo fijo, observar si soy congruente conmigo mismo. Alineando lo que quiero, lo que digo y lo que hago para construirme con intención.
Inclusive mi propósito pudiera ser “vivir mi vida sin rumbo fijo” (es un ejemplo ilustrativo), pero el hecho de tener esa claridad ya lo hace diferente, ese simple hecho le da enfoque e intención a ese “fluir”, sería algo muy distinto no saber qué es lo que quiero, no hacer una inmersión hacia mí mismo y simplemente vivir al día con lo que me suceda, sin planes, sin rumbo, sin cambios, sin propósito. No juzgo a aquellos que así quieran vivir su vida, lo bonito es que cada quien decide.
Yo pienso que para vivir realmente es necesario ser valientes, porque hay un punto al encontrarse con uno mismo en donde es necesario hacer cambios, se necesitan activar y cambiar ciertas cosas y es necesario un rol activo… las acciones van construyendo algo y la vida toma un sentido mucho más profundo. Entonces cada acción, palabra, silencio o decisión (activa o pasiva) que tome en mi camino contribuye hacia mi gran proyecto, hacia mi gran obra… la única obra que importa realmente: mi propia vida.
Qué belleza poder sostener la claridad y el enfoque para construir una vida bonita, es un paso importante, pero al final es tan solo eso, un paso más en el sendero de mi existencia… esto me hace ver que tal vez no se trata de llegar a un lugar específicamente, sino de poder transitar por la vida sosteniendo la paz en el corazón, siendo real, siendo honesto, viviendo la vida que quiero vivir, con decisión, con enfoque, con atención.